No cumplas el deseo ajeno

Nunca el deseo ajeno, aunque grato,
cumplas por propio. Manda en lo que haces,
ni de tí mismo siervo.
Nadie te da lo que eres. Nada te cambia.
Tu íntimo destino involuntario
cumple alto. Sé tu hijo.

Ricardo Reis

1 comentario:

  1. Qué oportuna visión para liberarnos de lo que no nos corresponde. Es difícil escindirnos del entorno y no sé si pueda uno prescindir de su influencia buena o mala. En última instancia deberíamos poder evitar ser siervos de deseos ajenos. ¿Cómo? A lo mejor como dice RR reservándonos la capacidad de cumplir nuestro íntimo destino involuntario.
    Graciela B

    ResponderEliminar