Cumpleaños

En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños yo era feliz y nadie estaba muerto. La alegría de todos era tan cierta como cualquier religión. En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños yo tenía la gran salud de no darme cuenta de nada. Y de no tener las esperanzas que los otros depositaban en mí. Cuando tuve esperanzas ya no sabía tener esperanzas. Cuando miré la vida ya había perdido el sentido de la vida. Lo que soy ahora es la casa vendida, la muerte de todos, haberme convertido en sobreviviente de mí mismo como un fósforo frío. Hoy veo todo con una nitidez que me ciega. Las tías viejas, los primos diferentes, todo en el tiempo en que festejaban mi cumpleaños. Detente corazón mío. Hoy ya no cumplo años. Duro. Se me suman los días. Seré viejo cuando lo sea. Y nada más. Qué pena no haber traído el pasado robado en el bolsillo. ¡En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños!

Álvaro de Campos (fragmento).

1 comentario:

  1. De las tantas dificultades que tiene la vida una es para mí encontrar cómo ser feliz dándose cuenta de todo. No debería anclarse la felicidad en el pasado. Algunos mueren pero aparecen otros listos para festejar nuevos cumpleaños. Tal vez al darnos sólo la posibilidad de un tipo de felicidad queramos justificar nuestra decisión de durar y no vivir. Para mí la felicidad se conquista no se recibe.
    Graciela B

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