Muñeca terrible

Terrible Bebé... Me gustaría darte un beso en la boca, con la exactitud del goloso que quiere comerte la boca y comer los besitos que hubiera allí escondidos y apoyarme contra tu hombro y deslizarme con la ternura de los palomitos y pedirte disculpas fingidas... Me gustaría que el Bebé fuese mi muñeca que yo, como un niño, desnudaría... Y el papel termina aquí mismo, y esto parece imposible de escribir por un ente humano...Pero ha sido escrito por mí.


Fragmento de una carta de
Pessoa a Ophélia Queiroz.

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