Todos los casados del mundo están mal casados

Nos entendemos porque nos ignoramos. ¿Qué sería de tantos cónyugues felices si cada uno de ellos tuviese acceso al alma del otro, si pudiesen comprenderse, como dicen los románticos; si advirtieran que ignoran el peligro -si bien no es un más que un peligro fútil- de lo que dicen? Todos los casados del mundo están mal casados, porque cada uno guarda en lo recóndito de sí la imagen sutil del hombre deseado que no es aquel, la figura voluble de la mujer sublime, que aquella no realizó. Los más felices ignoran en sí mismos sus disposiciones frustradas; los menos felices no las ignoran, pero no las conocen.

S.

1 comentario:

  1. ¿Será entonces que no hay comprensión posible?
    La ilusión puede ser el puntapié inicial pero sabemos que somos hombres y mujeres finitos y contradictorios. ¿Por qué esperar que la realidad sea vencida por la ilusión? Creo que se trata de integrarla a lo cotidiano, de arriesgarse a perderla para mantenerla viva, de redescubrirla con el paso del tiempo sin inmovilizarla en el mármol. Creo que la felicidad se conquista.
    Graciela B

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