Soy un cuidador de rebaños.
El rebaño son mis pensamientos
Y mis pensamientos son sensaciones.
Pienso con los ojos y los oídos
Y con las manos y los pies
Y con la nariz y la boca.
Pensar una flor es verla y olerla
Y comer una fruta es conocerle el sentido.
Por eso cuando en un día de calor
Me siento triste de gozarlo tanto,
Y me echo a gusto sobre la hierba,
Y cierro los ojos calientes,
Siento mi cuerpo echado en la realidad,
Sé la verdad y soy feliz.
Alberto Caeiro
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